sábado, 14 de abril de 2012
martes, 20 de marzo de 2012
sábado, 17 de marzo de 2012
Escálame
La estética de lo salvaje
-Hazlo ya. ¡Venga!... ¡Córtame las manos!.
-¿¡Pero para qué!?.
-Te lo he dicho mil veces, para no tocarla más.
-Pero ¿Por qué no eres adulta y usas la cabeza?.
-Porque si no tengo manos y la intento tocar con la cabeza acabaría perdiendo el equilibrio, me caería de bruces y me rompería las narices. Debo dejar de tocarla, pero no quiero dejar de olerla... Espera, un momento... tienes razón... córtame la cabeza también.
(...)
-En serio. ¿Tú eres imbécil?... Que uses la cabeza para olvidarla, se racional, controla tus impulsos.
-Ok... ok... está bien, no me cortes las manos. Sácame los ojos, para poder pensar con claridad.
Chelsea Greene Lewyta-"Fool and the Fall Final"
miércoles, 29 de febrero de 2012
UN SARASA EN CASA
- Carlos, hijo. Acabas de cumplir 15 años, y tu madre y yo hemos pensado que es el momento adecuado para decirte que puedes hablar con nosotros en cualquier momento sobre sexo. De aquí en adelante, a lo mejor se te generan algunos interrogantes relacionados con la sexualidad, y queremos dejarte claro que estamos aquí para ayudarte cuando nos necesites.
-Sí, pues ahora que sacas el tema. Papá, Mamá. Soy Gay.
(silencio incómodo)
- Oye... Carlos. ¿Tú sabes qué botón es el del Teletexto? Creo que echan una del Oeste, muy buena.
lunes, 27 de febrero de 2012
EL ENFERMO
¿Otra vez tú? ¡me estás volviendo loco!.
No entiendo porqué soy yo el que lleva esta bata de enfermo, y no esa mujer que viene cada mañana a cambiarme las flores. No sé porqué me mira como si me conociese y la verdad, me hace sentir bastante incómodo cuando me llama “papá”.
Empiezo a creer que todos me confunden contigo.
Pero lo que más me molesta es tener que ver tu rostro decrépito imitando mis gestos cada vez que me miro al espejo. Si fuese capaz de recordar quién soy y donde vivo, créeme, ya me hubiese marchado de este hospital hace mucho tiempo.
sábado, 25 de febrero de 2012
GOLPEA. QUE DUELA.
Agachó la mirada, se acercó y después de desnudar sus rodillas se colocó a cuatro patas y lamió mi zapato. Me fascinó. Fue de esos inviernos que no se olvidan. En su sumisión aprendió a dominarme. Después se esfumó, se llevó consigo las fustas, el cuero y mis últimos azotes. Aquí estoy, con el alma en carne viva, conociendo el único dolor que no puedo comprender.
domingo, 29 de enero de 2012
A ver... las cosas como son.
Había una vez un pueblo y una crisis. El pueblo luchaba tenazmente contra la crisis.
Un día la crisis se pintó la cara para que nadie la reconociese y gritó:
“ELECCIONES, ELECCIONES”
De repente, el pueblo se dividió en dos y la crisis se multiplicó por cuatro.